domingo, 3 de mayo de 2009

...de muchas horas y epidemia.

Muchas horas he pasado sentado,esperando ausente de mi mismo algún evento inesperado, sin importar la naturaleza de este...sea bueno o sea malo; Solo algo que me devuelva a la realidad,algo que arranque mis pupilas de esas intrínsecas 24 pulgadas y me devuelva un poco de razón.

He ocupado mis perfectamente saludables horas de epidemia en formular supuestos de una muy tangible realidad. Supuestos que al final de la hora consecuente no parecen tan supuestos en verdad.

Ideas y quejumbrosas propuestas de entretenimiento aplazadas, postergadas una a una por los enormes ánimos de no hacer nada,pero hacerlo todo. Escapar por un instante de la compleja monotonía de una realidad absurda que lentamente consume los impulsos de acabar con todo, mas pareciera que es la misma monotonía la que transforma la animosidad en un ente suicida, homicida de todo impulso creativo.

¿En dónde quedó el ruido, la trepidante vida y el holocáustico bullicio de la naturaleza humana?.

Ésto es el eterno retorno de lo idéntico...así habló Zaratustra, así fallece la caótica ciudad del hombre.

Calles vacías, pasos ausentes, miradas ausentes; no hay a quien mirar, nadie con quien gritar. Impetuosa juventud en represión, absteniendose de la corrosiva imaginación de lo absurdo...

Así figura cada día, así pasa la epidemia por mis horas. Pasa conmigo abnegado y persistente...pasa contigo, pasas ausente.

Cuando todo pase, se merecen los abrazos, se merecen los tragos en lo alto, se merece una mirada sin romanticismo, miradas que aguardaron horas enteras, horas secas, horas de epidemia...para ser usadas.

1 comentario:

  1. yo tambien me aburri mucho mucho...
    y me temo que vienen mas horas por estar en casa aburriendonos

    ResponderEliminar