lunes, 25 de mayo de 2009

Tu recuerdo no me trata suavemente.


"No quiero soñar mil veces las mismas cosas...ni contemplarlas sabiamente"; Así lo dice Soda Stereo, lamentablemente las cosas no son así. No me tratas suavemente.

Aveces parece no importar cuanto quisiera uno dejar todo atrás, olvidar aquellos sutiles y sin embargo tan significativos aromas,las risas que no paraban, la calidez de ese abrazo fraterno y cariñoso, los nombres y los rostros. La voluntad se vuelve férrea,la determinación...nada la doblega. Irónicamente,sin importar cuanto esfuerzo inviertas en la tarea...de nada sirve.

Si bien en ocasiones,muy contadas por cierto, he logrado escapar de todo recuerdo y toda pena,al estar recostado en la cama, dar un último respiro de conciencia y cerrar los ojos de manera ingenua,pensando en que solo voy a ver penumbra frente a mí, aparecen de entre la espesa oscuridad facciones que parecen similares; Me pregunto de quien es ese rostro...

Que tonto fui...al pensar ilusionadamente que podría escapar de tí,de tan placentero tormento. Busco cualquier herramienta que esté a mi alcance para arrancarte de los muros, para apagar esa narcótica voz en off...que me hace sentir una lágrima furtiva rasgando mi mejilla; La cual termina suavemente en mis labios...justo como solías hacerlo tú. ¿Por qué te veo así...de forma difusa y sin claridad?, ¿ acaso no te vi lo suficiente cuando debí hacerlo?...no logro ensamblar tu rostro en la oscuridad,no hay luz...no hay nada. Y cuando abro los ojos para dejar entrar un poco de luz...ya te has ido, en aquel tren que tantas noches abordamos.

Me he cansado de escribir letras para tí, letras que sé que no habrás de leer jamás. Así que es esta la última vez...lo juro por el recuerdo que vuelve a mí cada noche en vela. Lo juro por tu rostro y por tu aroma...aroma a olvido.

Ahora me dejaré flagelar por la paradoja de mis sueños,sé que nunca voy a escapar de tí...así que pienso dejar de huir.








domingo, 3 de mayo de 2009

...de muchas horas y epidemia.

Muchas horas he pasado sentado,esperando ausente de mi mismo algún evento inesperado, sin importar la naturaleza de este...sea bueno o sea malo; Solo algo que me devuelva a la realidad,algo que arranque mis pupilas de esas intrínsecas 24 pulgadas y me devuelva un poco de razón.

He ocupado mis perfectamente saludables horas de epidemia en formular supuestos de una muy tangible realidad. Supuestos que al final de la hora consecuente no parecen tan supuestos en verdad.

Ideas y quejumbrosas propuestas de entretenimiento aplazadas, postergadas una a una por los enormes ánimos de no hacer nada,pero hacerlo todo. Escapar por un instante de la compleja monotonía de una realidad absurda que lentamente consume los impulsos de acabar con todo, mas pareciera que es la misma monotonía la que transforma la animosidad en un ente suicida, homicida de todo impulso creativo.

¿En dónde quedó el ruido, la trepidante vida y el holocáustico bullicio de la naturaleza humana?.

Ésto es el eterno retorno de lo idéntico...así habló Zaratustra, así fallece la caótica ciudad del hombre.

Calles vacías, pasos ausentes, miradas ausentes; no hay a quien mirar, nadie con quien gritar. Impetuosa juventud en represión, absteniendose de la corrosiva imaginación de lo absurdo...

Así figura cada día, así pasa la epidemia por mis horas. Pasa conmigo abnegado y persistente...pasa contigo, pasas ausente.

Cuando todo pase, se merecen los abrazos, se merecen los tragos en lo alto, se merece una mirada sin romanticismo, miradas que aguardaron horas enteras, horas secas, horas de epidemia...para ser usadas.